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martes, 20 de febrero de 2018

UNA EXPERIENCIA AZUL

         Estoy parado entre los arboles del fondo de la casa, miro al cielo sobre el cenit, comienzo a girar como una danza circular, sigo mirando el cenit sobre mi cabeza, concluyo la danza; en el cielo nublado se abre un vórtice y de un área del centro comienzan a brillar pequeñas esferas, luego baja una columna de luz azul, me inunda y me ilumina.
Luego se corta y solo queda sobre el cenit un remolino de plasma, comienzan a emanar y encenderse en azul brillante, como remolinos de nubes azules, casi liquidas o quizás más que liquidas ascienden y descienden.
         Luego sin pensar vuelvo a mirar el mundo y a lo lejos veo en la noche arboles azules brillantes, luego los arboles del fondo y todo alrededor se enciende en un brillo azulino.   Yo mismo estaba encendido como dentro de múltiples burbujas contenidas unas dentro de otras cada vez más grandes y siento mecido en suaves movimientos.
Luego veo a los arboles y en los límites de los follajes, se van extendiendo más grandes en el cielo pero como con ramas de invierno y de azul brillante, inmensos, gigantes, allí se posan otros pájaros y otras cosas vivientes todos transparentes y de ese azul brillante.
Veo que todos los arboles en esas ramas extienden mas y mas y se entretejen en una red de filamentos y se comunican así hasta el infinito con el universo.

         Luego me doy vuelta en un giro para entrar en la casa, en ese instante que giro me asusto porque veo de reojo, que alguien me seguía de cerca…luego o al mismo tiempo, me doy cuenta que era yo mismo, que detrás de mí, se entendía una multiplicidad de mi mismo, como una estela de azul radiante y transparentes, como una cola de un cometa de yo mismo o tal vez de los otros yoes de los mundos alternos que están separados por finas membranas de infinitesimales frecuencias y que también están en coalescencias entre ellas en forma simultaneas, pero que aun no nos damos cuentas por nuestra fijeza de la percepción, o de la atención del mundo como representación donde dormimos arrullados por la razón.